Aquí tenemos la continuación de "Amar en tiempos revueltos". Básicamente lo dicho para "Amar en tiempos revueltos" sirve para ella. Al menos, así debería de ser. Creada por Josep Maria Benet i Jornet, Antonio Onetti y Rodolf Sirera esta serie se mantiene en formato de telenovela. Con previsiblemente unas cuatro temporadas aunque puede llegar a tener alguna más.
Con directores como Eduardo Casanova, Asier Aizpuru, Carlos Amadeo Pérez o Rafael de la Cueva, entre otros la serie mantiene ese aire que ya se veía en "Amar en tiempos revueltos" tanto a niveles de argumento como de reparto.
Con todo los guiones de gente como Josep María Bernet i Jornet, Julia Altares, Verónica Viñé, Antonio Onetti, Rodolf Sirera o Miriam García Montero, Oscar Corredor y Sergio Barrejón hacen que por momentos la serie se refresque pero no de la forma esperada.
¿Cuál es el problema?, la respuesta esta en las palabras de Roberto Lopez que ahora siguen.
Comentario de Roberto López:
"La verdad parece ser que la serie con el cambio de cadena ha decaído. Para el espectador por momentos parece como si se hubiese realizado un saqueo a su alrededor, en su entorno. Algo que no se debería de percibir en pantalla. Se percibe sobre todo en cierta confusión existente, y sin tener en cuenta el trabajo épico que están realizando la mayor parte de los actores que se encuentran viajando a través de los mares del destino de forma en algunos casos abrupta.
A nivel de guión es preciso un giro inesperado para las tramas tanto para la principal como para varias de esas tramas secundarias que no sólo están aburriendo si no que hacen la serie o lo que debería ser un gran serie un tanto infumable.
Ahora bien, no todo es malo. No todo es negativo. El aumento de 45 a 60 minutos puede ser positivo si los guionistas y los directores saben como mantener la atracción en el televidente. Sé que algunos acusan la perdida de encanto a la partida de la serie de TVE. Eso no es cierto. Lo que si es cierto es que hay que adaptar los guiones de forma correcta de los 45 minutos a los 60 y no metiendo elementos insulsos si no insertando elementos que atraigan y magnifiquen el conjunto de la serie.
Creo que darle un aire que recuerde a Valle Inclán pues seria sería interesante y rompería con esa sensación de muchos televidentes de que la serie se ha vuelto surrealista, qué mejor manera de romper con ello que el esperpento del autor citado, junto a ello seria preciso darle un giro al estilo. No es cuestión de huir como los troyanos de la ciudad incendiada que es lo que muchos quieren dar a ver que está pasando si no lo que es preciso es reclamar el estilo español propio que tanto gustaba inicialmente a la gente (aunque la serie fuese en otra cadena) frente a ese estilo más domesticado por la televisión que es el de la telenovela siguiendo el esquema americano. No es malo usar ese estilo, pero si se decide finalmente a usar ese estilo tener que adoptarlo conlleva la necesidad de adaptar la historia en la que se basa o que continua. Expulsando lo innecesario y desterrando aquello que produce disputa entre los televidentes.
Los guionistas, los directores, incluso los actores deben divinizar la serie, dedicándole primero un altar a su origen, y después haciendo lo necesario para que la versión actual se convierta en una serie casi mítica o al menos inolvidable para los espectadores. Casi lo tienen, sólo deben pulir detalles nimios frente a lo que están ahora haciendo."
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